Mis primos le dicen a mi tía (su mamá) que soy un avaro, que no comparto los gastos de la casa. Le dicen que no pago el gas; que me acabo el detergente, que tienen que esconderlo de mí porque arraso con él. Que no compro pan; que no limpio; que no aporto nada positivo para la casa. Mi tía habla con mi madre, la cual no duda en llamarme temprano comunicándome todo muy preocupada, diciéndome que debo de portarme bien, que no debo de ser tan angurriento. Yo no entiendo nada porque tengo sueño. Más tarde, algo más lúcido pero aún con sueño, comprendo todo medianamente. Recuerdo y sí, no pago el gas, sólo doy la tercera parte que creo me corresponde y supongo que eso están mal. Entonces, me siento culpable de acabarme todo el detergente sin saber que hago con él, porque yo lavo con jabón. Recuerdo que no doy dinero para el pan porque mi primo se levanta temprano a hacerlo, porque sus clases lo exigen así, porque no pienso levantarme antes que él. No compro pan porque mis primos están algo gorditos y deseo hacerles el bien. – Soy un avaro - me digo. Veo el detergente por ahí y decido esconderlo rápidamente porque sé que soy un enfermo y me lo puedo acabar en no sé que, pero igual, por si acaso. Pienso en que el gas se está acabando y mi aporte es insuficiente. Mis primos por las noches contribuyen tirándose flatulencias que ciertamente son gases. Me siento el chico malo, el tipo oportunista, el zángano de la familia y no me siento mal. La casa está llena de hormigas y supongo que es mi culpa, por eso las mato sin aspavientos, las mato porque me siento culpable y porque no soporto que sean tan activas. En el trabajo pienso en mis primos y tengo más faltantes que ya no me incomodan. Mi tarjeta de crédito revienta y yo reviento a las hormigas.
Mis primos me tratan con cariño y no entiendo nada. Son tipos de gran corazón. Estoy endeudado porque pierdo dinero, por no saber sumar ni restar, tal vez ni escribir. Trabajo con sumo cuidado, sumando y restando con calculadora ochenta veces. Las diferencias con mis primos son menores siempre y cuando escondan el detergente y yo contribuya con el gas aunque sea por las noches. Noviembre se acaba y creo que lo voy a extrañar.