A cuestas veintinueve años, recién
por cumplirse. Once de setiembre, once
de la mañana. Así me lo ha relatado un par de veces mamá. Una vela más a la
torta y un esfuerzo adicional para soplarlas todas sin dejar ninguna pendiente.
La verdad, siento que hubiera vivido unos cien años. Estoy cansado, muy
cansado. De pronto, abrir los ojos, verme al espejo y saberme adulto creo que
no lo he superado. Los intentos desesperados por abrazar a ese pequeño que fui
alguna vez ya no alcanzan. Las ganas por hacer lo que me gusta han disminuido
sin dar oportunidad a réplica. Tengo miedo de lo que venga, y de cómo me
encuentre. Todo suena a queja, todo suena mal. Tiene que ser una fecha de esas,
donde el día de cierta manera se manipula a favor tuyo y las cosas se sucedan
amigables. Play al aparatito ese y el CD empieza a girar. - Es tu cumpleaños
pues hombre – me reprimo. Entiendo que hay gente que me quiere, aunque me rompo
la cabeza pensando el porqué. Empiezan a aparecer en la pantalla de la TV fotos
mías, de mis años más tiernos. Empiezo a descubrir muchas de ellas, fotos que no he visto jamás o
no recuerdo. Veo a ese pequeño rubiecito de tez blanca y ojos claros y lo
extraño, por Dios que lo extraño. - ¿Cómo pasa el tiempo carajo? - Me pregunto
sin encontrar respuesta. Las fotos sorpresa han terminado y empiezan a
sucederse videos de personas a las que quiero mucho, y aunque trato de estar a
la altura de la sorpresa, veo a mi “sobrilinda“ (ya con veinte años encima) a
la que vi crecer y tan sólo la reconozco
y caigo rendido, empiezo a llorar. Desde Colombia me ha grabado un caluroso
saludo que conmueve todo mi ser. Mi madre con mis primas también se han dado la
molestia. – Eres mi tesoro – le dice mi mami a la cámara pensando en mí. Mi tía que no está acostumbrada a estas cosas,
hizo el esfuerzo con todo el cariño del mundo. Mis amigos, hermanos del alma.
Desde Europa, una Miss a la que quiero mucho, con acento a mamá me pide que me
divierta sin excesos. Las chicas del “Cora”, todas guapas. Mi gente. - “Nunca
cambies” - me piden. Lo intentaré
muchachos, lo intentaré. Aunque arrastre la idea de que ya soy otro, aunque
sepa que de vez en cuando yo también me busco, lo intentaré. Parezco esos
viejitos ariscos que reniega cuando lo engríen pero se siente peor cuando no le
hacen caso. Me he vuelto un viejito de verdad. Hace muchos años atrás le perdí
el miedo a la muerte y entendí que todo tiene su final, incluso mi historia.
Uno sin miedo a la muerte es más osado, va
por la vida guapeando los obstáculos hasta
que otro miedo te visita y se apodera de la situación. Ahora tengo miedo al
tiempo, a verme envejecer. A perder vigencia y convertirme en mi propia sombra.
Uno empieza por aceptar sus defectos, sus miedos y problemas para solucionarlos.
Pues acepto en todo caso, que el tiempo me va debilitando con cada movimiento
de la aguja de reloj. Soy un miserable con
mucha suerte. Siempre he dicho que mi fortuna son Uds. Dios a algunos los hace
sumamente guapos, a otros muy inteligentes. A algunos con menos suerte les da
mucho dinero. El don de cantar, de bailar, de escribir. La bendición que Dios
me ha concedido, la medición de mi fortuna, el don que no sabré explicar, son
todos Uds. Los que pasaron y ya no están y los que por alguna razón decidieron
quedarse. Y dedico especialmente estás últimas líneas al ángel de la guarda de
turno, la que quiere toditas las horas extras, la que ha estudiado mis defectos
al dedillo y ha tenido un entrenamiento riguroso en algún campo de batalla del
medio oriente porque sabe soportar mis arremetidas caprichosas y chapuceras. Me
sorprendiste, como siempre. (¡De corazón muchas gracias!) No sé dónde ni cómo
me encuentre de acá algunos años. Si haya encontrado el antídoto a esta locura
lacerante. Lo que me alivia es saber que están Uds. Y si están Uds. nada puede salir
mal. Ah, me olvidada: A ti pequeño rubiecito, donde quiera que estés… Feliz
Cumpleaños
2 comentarios:
Felíz cumple lindo rubiecito..! Besos y abrazos desde el otro lado del mundo.
Felizzzz Cumpleeee Feeer!!!
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