martes, 21 de julio de 2009

Imprudencia

“Entre la sinceridad y la imprudencia hay una línea bien delgada”, casi invisible diría yo. Esta frase nació en mi cabeza, salió de estos labios que aún no aprenden a encajar un buen beso y se impregnó en este blog entre las cosas que llegué a pensar. Yo soy todavía víctima de esta frase, de ser inoportuno, de comentarios ligeros y desatinados, valentías para decir lo que nadie quiere decir, sentirme bien por ello, pero mal visto por las personas que la verdad, o la sinceridad hecha imprudencia, no les gusta escuchar. El filo de un cuchillo daña la piel, deja cicatrices que con un tratamiento moderno se reducirán hasta desaparecer. Un golpe deja un hematoma que será anécdota en poco tiempo. La palabra, cuando es acompañada de la verdad y un pequeño grado de destreza para describirla deja una herida, una llaga que quedará imborrable por ser sincera. Odio el poder, ni si quiera gozo de él, pero cuando hablo, cuando abro esta boquita dulce y peligrosa, cuando mis labios crean espontáneamente la comisura delicada y venenosa que da origen a mi palabra, a mi voz intranquila y ansiosa, a la verdad a la que aspiro, siento en mi, el más grande de los poderes, el más poderoso de los dones, la manera más sublime de asesinar y brindar esperanzas. No hay cargo de conciencia luego de una verborrea incontenida, luego de una locuaz manera de afrontar la situación, y atormentar al enemigo, y amenazar contra una tranquilidad urdida en la mentira, en la felonía, en hipocresía que tanto aborrezco. He nacido para joder, para joder a la gente sin distinción, para decir las cosas que los demás no dicen por miedo, por temor, azuzados por un poder inferior a la verdad. Yo digo lo que tengo que decir, hiera quien hiera, moleste a quien moleste; siendo sincero, o quizá imprudente.

1 comentario:

Ceniza AC dijo...

El día que dejes de escribir lo que piensas(como realmente lo piensas) habremos perdido a un gran escritor.Saludos.