lunes, 1 de marzo de 2010

Los hombres de mi vida

Tengo un insomnio virulento que me esclaviza a escuchar música toda la noche, mirando el techo blanco, esperando ver entrar el sol por mi ventana una vez más. He descubierto un remedio sano para combatir mi ausencia de sueño, es un tipo formidable y un tanto encantador que con su voz inconfundible me arrulla y me obliga a entregarme al sueño o quizá, a él. Se ha vuelto no sólo en una solución sino también, en un amante. Me entrego a los brazos de él y sus temas, “El Sol de México”, Luis Miguel, me hace feliz.
Lo veo en la tele y no dejo de reír. Me hubiera gustado que sea mi padre y acompañarlo en todas sus aventuras. Es un tipo tonto, gordo y tonto, y es adorable por eso. Homero Simpson es el tipo que yo quisiera ser de grande y el papá que me hubiera gustado tener. Viendo al gran Homero Simpson soy feliz.
Zinedine Zidane es el mejor jugador de fútbol que yo haya visto conducir un balón, protegerlo, cuidarlo, acariciarlo con habilidad; dejar rivales como conos, lucir elegancia hasta para perder un balón dividido, sobriedad para festejar un golazo, magia para hacerme delirar. Si hubiera sido un jugador de fútbol, me hubiera gustado ser algo parecido al Harry Potter del fútbol, al Señor Zinedine Zidane, pelado soberbio y elegante que también me cautivó, aunque vistiera la camiseta del Madrid. (¡Arriba Barca!)
Freddie Mercury murió, y con él un poquito de la música. Una voz espectacular, incomparable, tremenda. Yo quisiera cantar como tú Mercury, con esos altos y bajos magníficos. Pongo un CD de Queen y a todo pulmón, y con mi conato de inglés, canto fuerte y emocionado, canto tus canciones infinitas, infinitas como tú, buen Mercury. Me gustaría que estés vivo y llegarás a mi Perú sufrido y verte como la Reina que siempre quisiste ser. Gran Mercury, me haces feliz.
El piano y tú son uno solo. Me vuelvo loco viéndote tocar el instrumento de teclado, lanzando respingos y sacudiendo tus rulitos encantadores y reproduciendo uno tras otro, tus movimientos afeminados. Tu música me pone a bailar Fito Páez, me pone como loco a cantar y bailar. Tú y el piano son como Maradona y la pelota, como Neruda y la poesía, como sólo tú el piano pueden ser. Me hubiera gustado verte al lado de Mercury, tocando y cantando juntos, haciendo una pareja cojonuda, poniéndome a cantar y bailar con éxtasis. Escuchándote gram Fito, soy feliz.
Que tipo para buena onda eres. Conversé contigo un ratito y terminaste de conquistarme. Jaime Bayly es lo que yo quisiera profesar de grande, libertad de complejos, hacer lo que quiera, todo con una ternura única y el mejor de los sentidos del humor, aceptando así, cualquier peinado tonto. Me leo tus libros, veo tus programas, leo tus columnas. Dicen que te amo, que si te tuviera cerca y sin los gorilas que te protegen al lado tuyo, te besaría, te raptaría y demás. Pues no es así mi querido Jaime, tu no has nacido para ser esclavizado, ni raptado, ni obligado a nada, tu has nacido para entretener y hacernos reír con tus ocurrencias. Buen Bayly, me haces sentir un mejor tipo cada vez que te leo y morir de risa cada vez que te veo. Saber que estás por ahí tramando algo, me hace feliz.