martes, 18 de enero de 2011

Queremos jubilarnos

Mónica ha decidido renunciar porque se cansó de aguantar las malas tardes de su supervisora. La supervisora no esperaba que Mónica se atreviera a renunciar, dado que según conclusiones, la supervisora tiene un pavor único e incalculable de perder su empleo y por ende se siente la dueña de casa y no intuyó que el ímpetu de Mónica la deje ahora mal parada, puesto a que un grupo importante de personas sabe que la decisión valiente de Mónica tiene nombre y apellido. Leonardo por fin consiguió el ascenso que pretendía y ahora no le sale ni una; todas sus solicitudes de venta son rechazadas: “que el nombre de tu cliente es feo”, “que de no debe de medir menos de un metro cincuenta”, “que el vendedor es algo afeminado”. Algunos dicen que la fiscalización de los casos está verdaderamente rápida; Leonardo cree que si, sus solicitudes casi son rechazadas antes de ser ingresadas. Lalo se fue al Cusco y es gerente; le toca pelearse con sus trabajadores y también con sus clientes, maneja horas para discutir con todo el mundo. Bruno no aguanta la idea de quedarse solo en la agencia: Primero se fue Alex (que no era su amigo), luego partí yo (que creo que soy su amigo); cambiaron no mucho tiempo después a Patricio (que era uno de los más antiguos), posteriormente a Gerardo (gerente de oficina), Lalo se fue lejos, y ahora a Mónica, quien es su enamorada. Mónica se siente importante por el apoyo inesperado que ha recibido, no pensaba que continuaría en el empleo; le sugirieron un cambio de oficina y se dio. Leonardo no pensaba que su nuevo puesto era tan complicado y quiere regresar a ventanilla. Lalo ahora está solo en una ciudad nueva y desea que los pasajes de avión bajen de precio, o que baje el precio de los aviones y comprarse uno. Bruno quiere que le dé diarrea y faltar al trabajo (de paso baja de peso). Mónica va a regresar a la agencia de donde salió y ahora le va a presentar chicas nuevas a Leo. Leonardo está esperando que Mónica le presente chicas nuevas pero como no vende nada no comisiona y no tiene dinero para invitarles ni una cerveza. Lalo está en Cusco y no tiene con quién tomarse una Cusqueña ni tiempo para tirarse una. Bruno dice que prefiere conversar con su botella antes que conversar con los chicos nuevos que han llegado a una oficina que no es ni la sombra de lo que fue. Mónica tiene pena de dejar a su gordito dado que lo veía todo el día. Leonardo se siente un burro porque en su puesto nuevo no sabe nada. Lalo tiene que lavar su ropa interior pero tiene flojera. Bruno se deprime y come mucho. Mónica ya lo extraña a Bruno. Leonardo extraña aquellos tiempos donde eran todos felices. Lalo extraña su ciudad. Bruno extraña ir al banco sonriendo. Mónica no le quiere contar a nadie que se va a otra agencia. Leonardo les cuenta a todos que no se siente bien. Lalo no tiene a quién contarle sus cosas con confianza. Bruno cuenta las horas para salir corriendo a su casa. Mónica está loca. Leonardo está preocupado. Lalo está cansado. Bruno está con hambre. Mónica está pesando en sus ex nuevos amigos. Leonardo está pensando en las metas que tiene que cumplir y en volar cometa. Lalo está pensando en la playa, la más cercana es la del estacionamiento. Bruno está pensado en Mónica. Mónica cree que ha madurado pero está igual de chiflada. Leonardo cree que no dura más de una campaña y está ardilla. Lalo cree que el tiempo pasa volando y mira el techo de su casa. Bruno cree que Katy Perry será suya algún día. Mónica sabe que se va y toma todo a la ligera. Leonardo sabe que debe de ponerse las pilas y que debe de engordar porque está muy ligero. Lalo siente el ligero presentimiento de que debe comprarse una muñeca inflable y tomarse una cerveza. Bruno aligera sus meriendas y piensa en un viaje a la playa. Mónica tiene miedo. Leonardo, confianza en su suerte. Lalo tiene ganas de endeudarse. Bruno ganas de renunciar. Mónica ama a Bruno. Leonardo extraña a Lalo. Lalo quiere regresar un ratito. Bruno no quiere pelearse nunca más con Mónica. Los cuatro quieren que pase esta pequeña pesadilla. Los cuatro esperan encontrase y tomar un par de copas. Los cuatro se llaman y se dan confianza para lo que viene. Los cuatro quieren vacaciones. Los cuatro esperan pasarla juntos.

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