miércoles, 17 de octubre de 2012

Los fantasmas en tu cabeza

Es obvio. Has recorrido durante buen tiempo bajo la sombra de una costumbre deliciosa. Has oxidado esa fibra sentimental que ahora te duele ejercitar como otros músculos luego de visitar el gimnasio después de buen tiempo. Piensas mucho, como hace buen rato no pensabas, y lo peor de todo, es que piensas hasta por gusto. Nunca imaginaste visitar esos labios, en cerrar los ojos para regalar algo más que un beso. Qué complicada parece la situación cuando no estás a su lado, porque cuando sientes su presencia todo parece más fácil. Es evidente que nadie planea las cosas, porque de haberlo sabido probablemente no hubieran sido amigos casi cuatro años; te hubieras dedicado a departir esos besos deliciosos que todavía provocan sorpresa cuando abres los ojos. Yo sé que es complicado. Romper la rutina te sumerge en miedos de los cuales antes no tenías que ocuparte y ahora con un gusto extraño, tienes que combatir. Quisieras saber qué pasa por su cabeza, cuales son las dudas que atormentan ese corazón entreverado que algún día conoció el amor y que ahora sufre los traumas de ese encuentro. Comparar no es malo si no lo haces con frecuencia ni con maldad. A veces no quisieras más recuerdos que aquellos ocurridos hace días atrás, pero lamentablemente las secuelas de esos malos momentos te obligan a retroceder inconscientemente en el pasado, transitando pasadizos oscuros que te llevan a puertas que tal vez no estaban cerradas. Todos en algún momento hemos fracasado en el intento de complementar a alguien. Tú lo sabes, eres un claro ejemplo de eso, por eso tantos miedos, tantos fantasmas acumulados en tu mente haciendo cola para pronunciarse y asustarte cuando te encuentren bajo distracción. No te culpo, es normal que tengas el temor de dar un paso luego de tantos días de quietud. Sabes mejor que nadie que lo que sientes es maravilloso, que pensaste no volver a sentirlo con esa pureza de tus quince años, donde todo parecía más fácil. Sabes que te emociona la idea de que este proyecto sentimental funcione, porque aquellos intrusos que han sido testigos de alguna mirada fugaz y comprometedora han tenido la certeza de apostar por una victoria. La gente es optimista con lo suyo. En poco tiempo te has involucrado más de lo que pensaste y aparentemente no te arrepientes, de hecho quisieras que no hubiera tantas barreras, tantas excusas para separase con cierto alivio  y con una seguridad de que estás haciendo lo correcto al llevar las cosas con calma y tener la sensación de que no diste aquel beso que se quedó en el bolsillo de tu pantalón. La situación no ayuda. Sabes que no es correcto pasearse de la mano luego de una historia reciente, y que por eso tratas de compensar esa ausencia en los momentos que les compete solo a los dos. Te pones en el lugar del otro y te sientes tan culpable de no poder ayudar y tan sentimental cuando sientes que se acerca que escapa todo de tus manos, de lo planeado. Parecen enamorados pero no son. La gente cree que sí, pero no. Los allegados auguran lo mejor y tienen una seguridad de que será así que a veces tú no la tienes. Sabes que hay cariño, se siente. Pero también hay impaciencia, nervios, miedos, perturbaciones propias de lo nuevo, de lo que no se conoce, de lo que escapa un poco a lo planeado. Te gustaría afirmar que aquella mitad que te mira de frente a los ojos, es la mitad que estás buscando. El tiempo se encargará de poner todo en su lugar. Si bien te has preocupado por hacer bien las cosas, no debes descuidarte; sería lamentable que todo acabe tal como comenzó. Tenía que escribirte, tenía que hacerte saber que el presente es hoy y si acumulas muchas cosas para mañana puede ser que las olvides o que simplemente ya no te sirvan más. Tenía que animarte a que lo hagas, sabes que vale la pena. Tenía que visitarte con los fantasmas del pasado, aquellos que te hacen recordar que la suerte no es para todos y que tú has tenido el privilegio de una oportunidad más. Ella vale la pena, lo sé. Leonardo, si sabes que todo lo bueno cuesta, esto debe ser genial. Esta carta te la escribo porque a veces es necesario salir del papel protagónico y mirar las cosas desde fuera. Siempre estuve loco, pero ella es quietud, calma; siempre con la dosis exacta. Que tenga lo que tenga que pasar, tú (Leonardo) haz tu parte. Suerte. Te quiere mucho, tu subconsciente.

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