miércoles, 14 de octubre de 2009

Espíritu de Equipo

Me han escogido como “Espíritu de Equipo”. Lo han hecho previas votaciones sospechosas en las cuales salí airoso sólo por un voto de diferencia. No sé porqué gané, qué es lo que hice para ganar ni qué es lo que tendré que hacer en adelante. Me imagino con una banda atravesando mi pecho, rodeando mi torso; una corona revistiendo mi cabellitos castaños, unos ojos llorosos, una sonrisa incrédula y mi mano meneándose, saludando y agradeciendo a todos mientras confieso mi admiración por el Papa (aunque no sepa su labor en la iglesia ni en la sociedad) y pidiendo la paz mundial (mientras pienso en Hitler). Soy “Espíritu de Equipo” y supongo lo conseguí por mi contextura delgada y tenue, casi fantasmal. Debo de parecer un alma al caminar, un alma en pena; y supongo que en mi trabajo distinguen eso. Luego de resolver lo de “Espíritu”, intento resolver lo de equipo. Qué equipo podríamos formar ellos (mis compañeros) y yo. En lo deportivo no somos propiamente un equipo; dormimos mucho, comemos un montón, la flojera predomina, odiamos correr y tenemos unas barrigas prominentes; equipo deportivo, no somos. Somos chicos poco sanos y poco vigorosos, con perversión al suicidio; por lo tanto, equipo de rescate, tampoco somos. No somos un equipo de nada, no lo intentamos y estamos felices así. Vivimos casi en el hampa y tomamos cualquier trago, indistintamente, hasta quedar ebrios. No somos un equipo, somos una pandilla genial y pervertida; por lo que intentaré cambiar lo de “Espíritu de Equipo” por “Almita buena honda de la pandilla”; aclarando que lo de buena honda es una agregado personal que va ha ser harto discutido. Ser el “Almita buena honda de la pandilla” parece bueno, sólo tengo que cuidarme de no engordar y que sigamos siendo una pandilla. No sé que tipo de poderes o privilegios me otorguen por eso, pero seguro los aprovecharé y hasta abusaré de ellos mientras me duren. Me explican que lo de “Espíritu de Equipo” (por ahora) es porque contagio compañerismo y apoyo en el trabajo. Entonces me preocupo y pienso que esta pandilla no sólo toma cualquier tipo de trago indistintamente, sino que también, se drogan ferozmente y aún no me han dado a probar (chicos, un vicio a la vez). Pienso en el contexto de esta mención, y es algo así, como el premio al más sobón, al más pelmazo, al más gandul. Me preocupo al pensar que en vez de generar privilegios, exija responsabilidades. De ser así entonces me jodí y se jodió todo y no quiero ninguna distinción. Lo cierto es que hace tiempo no me distinguen por nada, y aunque sea esta una mención no tan honrosa (por lo de sobón) ser tan franelero no es fácil. Soy Miss Almita de una pandilla increíble y pretendo asumir ese cargo con todo el garbo y brío que no poseo, sobando y aludiendo a mis artimañas para seducir el agrado de todos; trayéndoles chocolatitos y melcochas; comprándoles regalitos y sellando sus bolsas de trabajo; compartiendo sus deberes y satisfaciendo sus necesidades sexuales si así fuera necesario. No sé si me quieren, pero despiertan en mí no sólo una fascinación abyecta por el trago, sino también un cariño profundo y poco interesado. Gané sólo por un voto, y aunque éste sea el mío, seré una almita realmente buena honda.

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