miércoles, 2 de marzo de 2011

El libro que no puedo escribir

Lo tengo en un estado de coma nefasta hace varios meses atrás, con el temor de morir sin dejar nada, de ser un ciudadano más. La idea está clara, el tema ha sido escogido, pero el río no fluye y el tiempo pasa. Empecé a escribir el libro con el que quiero morir hace varios meses atrás, quizá y ya cumpla un año desde ese entonces. Me compré una computadora de segunda para escribir mi primer libro (y quizá el único si es que llego a terminarlo), y a la fecha sólo llevo diecisiete torpes y miserables páginas. No es lo mismo escribir un blog mediocre de una página de texto a escribir un libro tonto en más de doscientas páginas. Pensé que la inspiración iba a fluir como fluye la ambición en un político; pero no, no fluye nada. Tengo los personajes (muchos de ellos rozan la realidad sin ser reales), tengo un tema que quizá se ha escuchado antes pero me parece aún interesante, tengo un contexto para poder desenvolver mis ideas tontas; lo que no tengo es la gracia para contarlas, el ánimo de esforzarme, ni la facilidad de palabras. Escribo por desahogo y no por vanidad. Escribo porque no quiero hablar. Escribo por un compromiso absurdo conmigo mismo que me tomo a pecho e intento disimular. Ya no tengo historias que contar semana tras semana porque creo he perdido un poco de fascinación por la vida y sus acontecimientos diarios; porque he perdido percepción por lo dulce de las cosas tontas y triviales; he perdido la gracia que se necesita para bailar la bamba y por ende, he perdido un poquito de mi esencia. Veo el contador de visitas de mi blog y siempre hay un incremento, como si alguien en secreto leyera este espacio o por casualidad entrara; como si alguien matara el tiempo leyendo las cojudeses de Leíto el tonto. Nadie deja un comentario, nadie me agrede escribiendo que mi página cada vez está peor o alguna crítica que termine de enterrar mi vocación de escritor mediocre. Si fuera así quizá y las ganas de terminar el libro que a medias estoy comenzando se esfumaran y dejaran de ilusionarme con la idea de morir dejando un texto cursi y tonto. Un escritor tiene que tener carácter, un estilo marcado, imaginación. Yo tengo poco o nada de estas cosas y por lo tanto soy un soñador mas inmiscuido en tierra de privilegiados que nada a una orilla lejana y misteriosa. He releído mil veces las diecisiete páginas que yacen en estado vegetal, las he leído y modificado otras mil veces pero nunca dejan de ser diecisiete páginas de resignación y locura. Mi blog se está convirtiendo en un cementerio de ideas y letra muerta que intenta no desaparecer. Ya no escribo cosas ridículas y chistosas porque la vida cada vez me da menos risa. Ya no escribo cosas que me cuentan porque cada vez veo menos gente. Ya no hablo de mis experiencias raras y confusas porque estoy totalmente confundido y apático. No me perdonaría dejar de escribir porque mi flojera o desgano triunfaron sobre mis pasiones, pero soy esclavo complaciente de mis vicios, aquellos que dominan con bríos cualquier pasión secreta o pública que pueda tener. El escritor que nunca fue tampoco será. El libro que intento escribir quedará en coma, sin punto final. El blog que me hizo feliz un día hoy es un álbum de recuerdos que antes me hicieron reír y hoy, me ponen un poco triste. El viento se llevó las palabras de mi cabeza y la ilusión de empastar al único hijo que quiero tener, el que está siendo abortado sin piedad. Hay un libro que cuenta sobre el amor y los problemas para hacerse hombre, que narra que las cosas no son como uno piensa a veces y que el amor no siempre se demuestra con actos dulces. Hay la posibilidad de que esta historia nunca llegue a ninguna parte, incluso si llegara a terminar esta loca aventura; pero también está la terrible posibilidad de que deje el sueño que más cerca tengo de cumplir, a mitad de camino. El libro que no puedo escribir, hoy es el fracaso que más lamento contar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

oe que???, yayayaya avanza con ese hijo de una vez!!! quiero avances cuando los visite!!

Anónimo dijo...

hombre, pues ya stubieras! empieza ahora mism, continua, sigue! por todo lo que es bueno, no te rindas que aun ay tiempo!!!

Sarital dijo...

Entre divertido e interesante combinación de palabras, sería encantador leer tu libro