martes, 26 de abril de 2011

Lu

Te veo corriendo, con una gran sonrisa en los labios, mostrando los pocos dientecitos que te han salido, hecha una loca, una princesa indomable, altiva. Tus cabellos rubicundos al viento, dejando una estela de magia que yo sigo a paso lento porque no quiero alcanzarte, quiero verte correr y saltar. Te veo besar con dulzura, con tus labiecitos húmedos y coquetos, a tu mami, a la cual le debes la belleza cautivadora que hoy tienes. Te veo mirarme de reojo antes de hacer una travesura, antes de coger algo que te hemos advertido no cojas, pero pilla tú, te niegas a obedecer. Te veo andar descalza y risueña por todos los rincones de tu palacio, princesita hermosa. Tus dientecitos delanteros te hacen ver como un ratoncito ladino y juguetón, como un dibujito animado que en verdad alegra el corazón de tus papis. Te vas a llamar Lu, como lo hemos decidido, como el destino quiso ponerte, como tu mami ha escogido con una sabiduría misteriosa. Vas a ser la niña más linda que se recuerde haya nacido en la ciudad. Tendrás tus ojitos claros y la tez blanca como tu propia alma. Serás un pedacito de cielo en este mundo cada vez más caótico. Tu mami te vestirá como una señorita y yo te inculcaré en secreto las malas costumbres. Tu mami te bañará y te dejará oliendo a rosas para que la primavera te envidie, y yo te llevaré a tirarnos al jardín y ensuciarnos todo. Aprenderás a mandar besitos volados que nosotros, tus papis, recogeremos como recogen los niños las sorpresas de las piñatas. Tu mami te tomará de la mano izquierda, yo de la derecha y te elevaremos alto, como jugando en un columpio de felicidad. Te contaré los cuentos que yo mismo escribiré, donde te hable de un mundo que te haga soñar, para que aprendas a sonreír. Tu mami te hará hacer las tareas para que te puedas burlar de los profesores. Te contaré cuando recién nacida, te dormía en mi pecho y tomabas mi mano como si supieras que cerca de ella, siempre estarás protegida. Tendrás tu cuarto lleno de juguetes, tu vaquita en la cama. Bailarás en medio de la sala mientras yo te tomo mil fotos y tu madre te celebra hasta las caídas. Te escribiré poemas y canciones que cantaras de memoria todos los días. Tus abuelas morirán por cargarte y así te harás de miles de propinas las cuales te servirán para comprar mil caramelos, ninguno más dulce que tú. Sabrás tocar el piano y burlarte del mundo. Sabrás bailar como un cisne y sacarle la lengua a todos. Podrás sacarme de mis casillas y hacerme llorar de felicidad. Serás la niña más feliz del mundo mi Lu, serás linda como tu mami y loca como tu papi. Harás de este mundo sin ilusión el edén prometido. Serás mi vidita entera y la razón por la cual aprenda a levantarme temprano y a sonreír de verdad. Harás que le agradezca a tu madre de por vida el milagro de amor que me permite cargar y besar con frenesí. Tu mamá no dejará que llores nunca y te comprará hasta la pelota de fútbol que seguro pedirás. Te besaré los piececillos preciosos que tendrás mientras tu mami te cambia los pañales y te eche el talco con olor a cítricos. Te extrañaré a horrores cuando te vayas al cole y yo a trabajar. Dormirás con nosotros cuando tengas miedo del cuco, cuco que también le dará miedito a tu mamá. Te veré crecer libre como el viento y serás el motivo de mis días. Lu, serás mi vida entera y lo que mantenga el amor por tu madre en niveles divinos. Te veré siempre feliz mi Lu, porque tendrás una mamita linda que te cuidará siempre y un payaso como padre que sólo se preocupará por verte feliz, por verte risueña, loca rubia, escandalosa: princesa engreída y manipuladora; niña de ojos hechiceros y de sonrisa celestial. Mi Lu, creí que estabas cerca cerquita, que te vería prontito por ahí volviéndome loco de amor. Ya escuchaba tus pasitos por las noches camino a mi cuarto, tu sonrisa. Ya me sentía ese papá chocho y orgulloso. Ya me veía cargándote y llorando de alegría. Tu mami te quiere mil y te espera impaciente. Yo te imagino, cierro los ojos y espero verte cuando los abra.

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