martes, 10 de mayo de 2011

Lo que sigues haciendo por mí

Cuando no sabía caminar y me cargabas. Cuando me alimentabas de tu seno para que crezca sano y fuerte. Cuando me abrigabas del frío del invierno. Cuando me bañabas con delicadeza y con agua tibiecita. Cuando te quitabas la comida de la boca para que coma yo. Cuando cambiaste los tacos por las zapatillas para alcanzarme cuando me escapaba por las calles. Cuando dejaste de usar aretes porque yo te los jalaba cuando me cargabas. Cuando me enseñabas las vocales. Cuando me explicabas con paciencia las letras de las canciones que escuchabas. Cuando me tejías chompas de lana que no me gustaban usar. Cuando me preparabas hígado frito y me obligabas a comerlo. Cuando me despertabas por las mañanas con un juguito o el desayuno listo y yo quería seguir durmiendo. Cuando me dabas una cueras tremendas para corregirme y no sea un malandrín más. Cuando me comprabas nuevas zapatillas que sabías haría trizas. Cuando jugabas conmigo box y recibías certeros golpes. Cuando lavabas las sábanas que orinaba. Cuando me ibas a ver bailar, recitar o competir. Cuando me comprabas chocolate “Sapito”. Cuando me ponías pañitos mojados para que baje la fiebre. Cuando me cocinabas cosas ricas. Cuando me privabas de tus besos diciendo que el amor se demuestra con hechos. Cuando me castigabas. Cuando me mirabas de reojo. Cuando me decías que no era menos que nadie. Cuando me zurcías las medias. Cuando te peleabas con todo el mundo por mi. Cuando te sentías orgullosa por mis notas. Cuando me sacaste el ancho por jalar un examen de matemática. Cuando pagabas por alquiler de trajes o camisetas de fútbol. Cuando me echabas goma en las manos para que me distraiga sacándomela y así me quede tranquilo. Cuando me amenazabas con una cuera. Cuando no me alcanzabas y me tirabas tus tacos. Cuando te daban ataques de cariño y me besabas como podías. Cuando remataste productos por mí. Cuando te callaste algunas cosas para que siga siendo feliz. Cuando aguantaste las críticas de los que intentaban bajarte. Cuando te prestaste dinero por mi culpa. Cuando intentaste llevarme a los mejores sitios. Cuando me esperabas en la puerta de la casa pasada la media noche. Cuando me enseñaste a ser humilde. Cuando lloraste por mi culpa. Cuando me mostraste la verdad de las cosas. Cuando fuiste sincera. Cuando sonreías. Por decirme que soy lo más importante de tu vida. Por llamarme desesperada para decirme que me cuide del sol. Por soportar mi sonseras. Por hacerme siempre feliz. Por enseñarme a ser persona. Por apoyarme en lo que podías. Por vivir para mí. Por privarte de ser mujer. Por perdonarme tantas veces. Por dejarme crecer. Por aguantarme. Por sacar pecho por mis logros. Por regañarme. Por educarme. Por rezar por mí. Por pedirme disculpas por sentirte una mala madre. Por llevarme a misa a la fuerza. Por hacerme reír de verdad. Por quererme con tanta fuerza. Por todo lo que no te voy a poder pagar. Por sentirte orgullosa de ser mi madre. Por ser mi mamá. Por ser parte fundamental de mi vida. ¡Feliz día! Si tuviera que escoger otra mamá, serías tú otra vez. Te amo.

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