martes, 23 de octubre de 2007

Don Bruno y su Familia

Don Bruno ha cumplido setenta años. Lo celebra con su familia en un tranquilo lugar campestre al que acostumbra ir. Se ha reunido con su amada (de una manera discreta) esposa, tres de sus cuatro hijos y dos de sus nietas. Basta que se junten tres integrantes de la familia para desatar una conversación belicosa y controversial, no importa cual fuera el tema, ellos se esmeran en volver cerril la conversación. Don Bruno como ya es sana costumbre, empieza a relatar las historias que siempre se hacen presentes en toda reunión familiar; mientras su esposa Elsa, toma deliberadamente la jarrita de vino que un compadre les ha obsequiado amablemente, todo esto, para impedir (en un acto de amor y desprendimiento) que su esposo se entregue al vórtice del alcohol. – Karina siempre fue histérica – cuenta Don Bruno con respecto a la menor de sus hijas. – Cuando teníamos la peluquería, salía ella toda exhibicionista en toalla, a sus ocho años, y mirando con una dosis de ira y galantería a la gente que también la observaba, se quitaba el paño diciendo aún con cólera: poto, poto; eso quieres ver, mira pues… poto, poto y se iba victoriosa. Incluso de menor edad, cuando bebe, de su cuna gritaba impaciente: chupón… chupón… ¡chupón carajo!, quiero mi chupón, impaciente. – Si no fuera por aquella histeria de la cual he sido mudo testigo más de una vez, la ahora Sra. Karina, sería todo amor. Con una ligera sonrisa, Don Bruno da paso a los cometarios sobre su hija Lorena, la mayor de los cuatro hijos, mientras Doña Elsa, su esposa, con el vasito de vino en la mano se ríe sospechosamente de todo. – Lorena siempre fue sentimental. Cuando hacíamos concurso de canto entre nuestros hijos, ella a la mitad de la canción (siempre romántica) se echaba a llorar por ser ésta algo melancólica.- menciona Brunito: - Y cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti…- y las lágrimas brotaban por sus mejillas de la sentimental Lorena, interrumpiendo así su participación musical. Entre Karina y Lorena se encuentra Denisse, otra morena guapachosa que desde niña pretendía aires de diva. Don Bruno hace mención a la presentación que él le hacía: - Y ahora con Uds… la única, la grande, la magnífica; traída desde un país lejano… la bellísima… - Mientras esta prolongada pausa hacía efecto, Denisse se arreglaba el cabello nerviosa, era hora de salir a cantar y sólo faltaba que la llamaran. Don Bruno continuaba: - …la bellísima… ¡Lorena! – La pobre Denisse, que siempre fue celosa y melindrosa, renegaba ofendida. Don Bruno después de tanto esfuerzo, también llego a tener un hijo, el menor de todos. Se llama Martín, y desde muy niño asumió su papel de varón con extrema pujanza y exageración. En alguno de aquellos interminables viajes que hacen a la capital, fueron a visitar a la hermana de Bruno, una tía desconocida para Martincito. Para llegar a casa de la querida tía, tuvieron que pasar por una de esas intransitables calles por causa de avezados delincuentes. Martín haciendo gala de su hombría, determinó ir último dentro de la comitiva para cuidar las espaldas de sus familiares, cuando de pronto voltea presuroso y ve a una morena acercándose con rapidez y suspicacia. Martín asustado vocifera: - ¡papá!, ¡papá! Una negra fea nos está siguiendo -; sin saber que esa negra fea era su tía que iba en busca de un saludo. Ya a estas alturas de la conversación, la pobre Doña Elsa era victima de los estragos del licor, a pesar de que sus nietas acompañaron su labor con un par de copas. Las nietas, que ya son unas guapas jovencitas, también guardan un par de historias. La hija de Karina decía cuando era menor, que su mamita era la mujer más bella del mundo. Alguna vez le insinuaron de una manera áspera que su madre era una negra, a lo que ella respondió con suma gallardía y donaire que su mamita querida no era negra, era marrón. Y así entre historias que cumpleaños tras cumpleaños se han contado sin tregua, la familia Pizarro celebra el onomástico de don Bruno. A pesar de que todos andan un tanto locos, constituyen una de las familias más elocuentes y divertidas que me ha tocado conocer. Siento con temor, que encajo sin problema.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buenaa Leo .. me gusta mucho lo k escribes para serte sincerisisma no pareces tu .. pero en fin ta muy bueno y tienes raxon con lo k escribes jejeje!!!

Anónimo dijo...

t amo y conozco perfectamente a esta familia!... lokiot tu, deskiciada yo, pero aun juntos... un beso. tu sofi