lunes, 16 de agosto de 2010

Mi primera amiga

Jamás he tenido una amiga de verdad, porque todas terminan huyendo despavoridas de este hombre descontrolado y confundido. Nunca he salido una tarde entera a caminar, a almorzar, a ver películas los dos solos y hasta dormir compartiendo la misma cama sin que por mi cabeza corrupta pase la idea de un toqueteo o el cleptómana pensamiento de robar un beso. Las amigas de mis enamoradas eran una tentación. Las amigas de mis amigos (que por suerte tengo sin querer besarlos) también contaminan mis entrañas y me someten a malos pensamientos. Las amigas de muchos desconocidos no son mis amigas ni podrían serlo. Tengo un problema psicológico que no intento remediar pero que debe preocuparme. No logro entablar una amistad sana y bien intencionada con señoritas, no puedo estar en un mismo ambiente con una dama por mucho tiempo, porque basta que hable bonito para que yo, maniático del flirteo, intente hacer algo. Pero un día llegó Mónica, un lunes cualquiera, y creo que cambio algo en mí. No sé en que momento se robó mi confianza y me conquistó de esa manera tan dulce. No sé si no la conocía antes y quizá me olvidé de ella como de otras tantas personas. No sé por que con ella siento un cariño sincero y en verdad desprendido de maldades. Mónica es una limeña desquiciada que ilumina los días en la agencia bancaria donde trabajo. Llegó producto de un ascenso bien merecido que la obliga a someterse a arduos días de trabajo. Pero ella y su fuerza infinita logran contrarrestar no sólo los días ajetreados, sino también, los malos días de mis jefes estresados y mal pagados. Ella vive sola igual que yo. Goza de la libertad de la soledad, esa soledad que a veces juega malas pasadas y nos hace sentir menos importantes. Mónica goza de una colita bien dotada, que he mirado sin maldad pero si con asombro. Goza de una sonrisa contagiosa y mágica que en verdad, alegra mis tardes, haciéndolas menos tortuosas. Mónica piensa como hombre, porque a vivido rodeada de salseros y peloteros, sabe cada reacción que podemos tener, las cosas que pasan por nuestra cabeza; es un hombrecito sin miembro viril y a veces creo que ni yo pienso tan claro como varón como ella. Lamentablemente siente como mujer, y también pasa por la decepción de saberse frágil de vez en cuando. Ella nos va a ver jugar fútbol, nos acompaña a comer comida chatarra, a tomar unos traguitos bonachones que desaten conversaciones interesantes, donde Mónica, siempre la tiene clara. Mónica no escatima en tirarse al suelo si es necesario, nada de remilgos y poses de niñita no me ensucio. Mis domingos, aquellos domingos aburridos, ahora son de ella quien organiza tardes llenas de películas o largas caminatas para conversar de la vida y sus defectos. Mónica es un mujer que da la impresión de seguridad en cada paso, pero es una niña que juega a ser adulta con un alto grado de efectividad. Vamos al karaoke y cantamos como enfermos, sobre todo las canciones que obligan al corazón a regresar en el tiempo y recordar con melancolía a alguien; pero cantamos con más entusiasmo por las calles mientras salimos de aquel local, cantamos a todo pulmón canciones que no pudimos cantar con el micro en mano y así somos más felices. Mónica está loca y no se hace mayores problemas. Parece que la conociera hace años, casi desde siempre; y no es que no la vea como mujer, porque como mujer única y guapa, sólo es que, su compañía me es tan agradable, y sus manías tan contagiosas, que neutraliza a ese animal indefenso que llevo dentro. En el trabajo ya no encontraba mayor motivación, puesto que es monótono y estresante; pero desde que llegó Mónica, desde que llegó con esa sonrisa que se escucha desde lejos, ninguna tarde es la misma. Cada vez que le toca descansar (día del que yo no gozo), cada vez que se ausenta o se sienta lejos de mí, marchito. Si antes no tuve amigas (comprendiendo sus razones) y tenía que esperar por Mónica, esperaré hasta el triple de lo que ha pasado por gozar de la amiga que hoy (y sin temor a equivocarme) tengo a mi lado. Querida Mónica (como quisiste llamarte), te quiero tantísimo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y Monica quiere que Leonardo sepa que aunque ahora ella besa a Jose con aquellos besos de libre albedrio que solo ella sabe que puede dar, Leonardo sigue y seguira siendo el motivo por el cual ella sonrie cada dia, como desde hace 60 dias, y ahora te devuelvo el cumplido...mi querido Leonardo Te quiero tantisimo!

Anónimo dijo...

Estimado Leonardooo...
q bonita inspiracion , es muy profunda tanto que llega al corazon en medio de tanta fragilidad como es aquella palabra tan linda q es te quiero ohhh
Muy pronto sera correspondido por tu bella Monica